Mirador natural que busca reconectar a las personas que les guste interactuar con la naturaleza al aire libre, disfrutar de la belleza de las flores, escuchar el trinar los pájaros, percibir el aroma de los frutos y sobrevolar las montañas y los cerros con su imaginación.
El recorrido para llegar, además de la belleza paisajística, le ofrece la opción de observar y contemplar la gran biodiversidad de especies nativas, plantaciones de mango y cultivos propios de la región.
En este maravilloso entorno natural, el visitante tendrá la oportunidad de escuchar desde el silencio el aleteo de colibríes, cardenales, carpinteros, tangaras, urracas pica pica, perdices, periquitos, chiricotes, tortolitas, entre otros, que vienen a recrearse en medio de las orquídeas y la variedad de plantas ornamentales desde su llegada, adornada con el vuelo de multitud de mariposas que toman de las plantas hospederas su alimento.
Palermo campestre simboliza la posibilidad de volver a su propia esencia, aprovechando sus senderos para disfrutar en contacto con la naturaleza el canto de las aves, dinamizar los sentidos aprendiendo a observar, a oler, a sentir, a escuchar y a tocar; oler el aroma del campo, respirar profundo en un entorno natural.
En conclusión: es una terapia para alimentar el cuerpo y el espíritu.
Escribe: Carmen, una amante de la naturaleza